Abrazo al Linaje de mujeres MEDICINAS

Brujas, sacerdotisas, las curanderas y chamanas…

A todas esas mujeres que creen en si mismas, que están haciendo todo lo posible por recuperar su femenino sagrado y cultivar su poder interno con consciencia e impecabilidad para restablecer desde la cosmovisión las memorias históricas sanadas de miles de mujeres que siendo punta de flecha abrieron el camino para que con respeto, compromiso, coherencia y sabiduría hoy se siga dibujando el sendero  desde el autocuidado, el autoconocimiento y la autoindagación compartida en beneficio propio y del bien común.

Las brujas o sacerdotisas, las curanderas y chamanas, mujeres medicina que colaboraron a quiénes les pidieron ayuda, con aquello que sabían hacer y que no podía ser explicado o definido sin embargo ellas confiaron en su intuición y sus conocimientos sobre la naturaleza consiguiendo que la vida de otros fuera mucho más saludable y tranquila.

Las que yo conocí y las que hoy conozco no eran ni son estafadoras, y algunas de esas mujeres forman parte de mi linaje femenino, tampoco buscaban lucrarse con sus habilidades, simplemente sabían que tenían un don y lo usaban en beneficio de los demás, ayudando en lo que podían y desde dónde sabían. No eran médicos y no ejercían como tal,  y no negaban la medicina, acudían a ella cuando la necesitaban, al igual que no negaban quienes eran y las habilidades que tenían para curar ciertas dolencias, eran al igual que yo y al igual que tú hijas de la tierra y el cielo, conectadas a su función aquí en este planeta con y para los demás, y no dudaron en hacerlo, simplemente lo hacían, era su servicio, su misión.

No huían de nada ni de nadie, se enfrentaron a ellas mismas, y a todo lo que sabían sin necesidad de aplausos ni premios, simplemente eran ellas mismas, y ejercían su propósito de vida como curandera, chamanas o brujas. Respetando a todo el que iba a verlas y quién no iba era respetado igual. Pasaron por líneas históricas de mucha oscuridad y violencia, aprendieron a estar escondidas, ocultas para proteger  sus vidas y dar prioridad a continua en la evolución, con miedo o sin él forman parte de la historia de mujeres brujas, mujeres medicina.

Hoy me levanto orgullosa, libre y honrada de formar parte con ellas de este camino y me hace respirar profundo su valentía para hacer aquello que sabían hacer sin tener en cuenta las opiniones ajenas, simplemente LO HACÍAN.

En mi caso, que no fue el de ellas, tuve la oportunidad de estudiar, aprender a leer y escribir, de viajar y aprender de otros muchos que ya habían recorrido el sendero, tuve la oportunidad de conectarme con la filosofía budistas y con ella a la práctica de la meditación y la oración. Encontré a través de la escritura y la pintura la mejor de la terapia o experiencia evolutiva para transformarme y acompañar a otros en la transformación, convirtiéndome en una auténtica Creative Cheerleader o Coaching Creativa o de vida para el alma de todos aquellos que he ido acompañando hasta el día de hoy,  todo esto y muchas más cosas me han ayudado en este camino para seguir evolucionando tanto profesional como personal y espiritualmente. Mi gran motivación por ayudar a los demás me impulsa cada día a seguir investigando sobre las emociones y la espiritualidad como fortaleza, como cultivar la mentalidad adecuada y ser más consciente del latido de nuestro corazón y vivir más plenamente, ¿qué necesita cada individuo para empoderarse?, ¿cómo se le puede ofrecer de la forma más amorosa y efectiva posible?

Respiro profundo y me lleno de amor, cuando veo a las mujeres (y a los hombres igual, pero en este escrito he querido dar presencia a la Mujeres) posicionadas desde el corazón, de una forma orgánica y natural ofreciendo sus dones, sus talentos para acompañar los procesos de otros aportándoles la medicina del alma, ligada esta al servicio por el bien común, la solidaridad y la creatividad, enriqueciendo así el camino de sanación y recuperación.

Cuando leo artículos que hablan de mujeres curanderas como es el caso de Curanderas a la sombra de la Huaca de la Luna, quedo maravillada y agradecida por tremendo trabajo de investigación y dedicación

El miedo, la principal de las epidemias con las que seguimos luchando y que sigue en pie de guerra en este planeta, no sé como será en otros planetas o no lo recuerdo ya, pero considero esta la más nefasta de todas las enfermedades, puesto que lo veo así como una enfermedad que te hace estar ciego a todo el potencial que hay dentro de cada uno de nosotros y la de cosas que lograríamos si nos uniéramos en pro del bien común desde la escucha, la tolerancia, la humildad, el amor, la serenidad y sobre todo desde la consciencia evolutiva en pro de una humanidad más ligada a su consciencia espiritual.  El miedo es el que hizo que muchas de estas mujeres fueran juzgadas injustamente, maltratadas y deshonradas, la desinformación y las creencias limitadas por los miedos de otros, hicieron que muchas de estas mujeres se fueran a la tumba etiquetadas de algo que no eran, pero hoy, muchas mujeres estamos despiertas y sabemos que todas estas mujeres marcaron un antes y un después en la historia, que respetaron a la naturaleza y su medicina, que honraron los principios básicos de ciudadanas humilde que daban lo que tenían por el bien de la comunidad.

Mi bisabuela fue curandera, y ayudó a cantidad de personas desde su sabiduría a que tuvieran una vida más saludable y  tranquila. Sus miedos eran otros, nada tenían que ver con lo que podían decir sobre ella porque ella ya sabía quién era.

Redescubriendo la fortaleza de la intuición

Las Mujeres Medicina, chamanas, brujas o sacerdotisas, desarrollan la fortaleza de la intuición, haciendo uso de la creatividad en su máximo potencial, sienten la unión interna con la naturaleza y todo lo que las rodea, saben que forman parte de un todo a la vez que respetan lo sagrado individual.

Cuando una mujer decide emprender su camino de transformación, se está reconociendo a ella misma como Mujer Medicina, y así se está dando la oportunidad de sanar sus Sagrado Femenino. Aprende a escuchar las emociones, qué le aportan, qué información tienen para ella, escucha las memorias femeninas del clan, las acepta sin culpar ni juzgar y redescubre en ella dones y talentos, habilidades que estaban ocultas debido a la falta de atención interna. Cuando una mujer logra liberar los fuegos de la ira interno que la tienen atada a la carencia, explosiona desde su ser más profundo y recupera así su propia luz, como decía La Mujer Búfalo Blanco, “poneros de pie sobre vuestra propia luz, y salir a la misión de vuestras vidas”

Mi abuela Lola, era pianista y no tuve el placer de disfrutar escuchando como tocaba el piano, si me contaron que lo hacía estupendamente y la viejita Luisa, que fue quién me lo contó, trasmitía gran amor al decirlo y además suspiraba mientras me lo contaba… eso me basta.

Es importante traer conocimiento sobre el linaje femenino, qué ha sucedido, qué es lo que hacían y lo que más le gustaba hacer  las mujeres de tu linaje, cómo se relacionaban con su creatividad, con su intuición, qué necesitaban, ¿ser escuchadas?, te invito a que las escuches y sanes esas memorias de reconocimiento y amor hacia ti misma y hacia ellas, estarás dando un salto evolutivo y con ello provocarán una liberación sanadora para ti y las próximas generaciones.

Para terminar os quiero compartir una frase de la Abuela Margarita que dice así:

“Soy el poder dentro de mí, Soy el amor del sol y la tierra, Soy gran espíritu y soy eterna, Mi vida esta llena de amor y alegría”

Vamos al corazón… voy contigo!!